En la península Isphánica distinguimos tres tipos de criaturas nativas divididos en siete especies fácilmente distinguibles y decenas de variantes locales. Desde los pequeños glires de Iberia y Turdetania a los enormes betizus de los Montes de la Luna, la diversidad que esta pequeña península presenta es un testimonio a su turbulenta historia y su increíble potencial.
—Fragmento de Crónica de mis viajes por Isphanya de Polibio.
Glires

Pequeños y de orejas largas, su visión en la oscuridad les permite vivir cómodamente en madrigueras. Son la principal población de Iberia y la Turdetania, aunque también pueden ser encontrados en Keltiberia.
Caprinas

Esbeltos y de estatura mediana, poseen pezuñas y largos cuernos retorcidos. Su capacidad para moverse con facilidad por terrenos escarpados ha hecho que dominen la región de la Keltiberia. No obstante, pueden ser encontrados en cualquier otro lugar de la península.
Suidos

Gruesos y de estatura mediana, tienen pezuñas y unos largos colmillos que sobresalen de su hocico respingón. Predominan en la Keltiké, donde son la principal población sapiente, aunque también pueden ser encontrados en la Keltiberia.
Betizus

Altos y gruesos, poseen pezuñas y cuernos de color claro. Habitan en la Vasconia y rara vez se alejan de esta región. Y, quienes lo hacen, es más probable que ronden el norte de la Keltiké.
Faeles

De constitución ancha y corta estatura, poseen uñas retráctiles y una visión en la oscuridad que les permite estar activos gran parte de la noche. Habitan en la Turdetania.
Humanos

Las dos razas humanas que han llegado a la península proceden de regiones distintas. La diferencia más destacable es que, si bien ambos son de constitución esbelta, los fenicios pueden llegar a ser realmente altos, mientras que los grecos miden poco más de la mitad.